
En Ciudad Bolívar, Bogotá, falleció recientemente Jonnatan Andrés Chandillo Huila, de 30 años, conocido por su compromiso con los derechos de los animales y fundador de la Fundación Corazón Canino, organización dedicada al rescate, cuidado y protección de perros y gatos en situación de abandono.
Chandillo pasó varios días hospitalizado en una Unidad de Cuidados Intensivos tras presentar complicaciones de salud. Durante ese tiempo, recibía el apoyo de amigos, familiares y miembros de la comunidad animalista, quienes siguieron con esperanza su recuperación. Sin embargo, pese a los esfuerzos, su vida se extinguió dejando un gran vacío entre quienes lo conocían. (Información previa reportada por Q’hubo Bogotá)
El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) expresó sus condolencias oficiales al conocer la noticia, reconociendo la labor de Chandillo como protectivista que dedicó gran parte de su tiempo y energía para generar conciencia sobre el abandono, el maltrato animal y la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los animales callejeros en Bogotá.
La despedida tuvo lugar en el barrio Bilbao de Ciudad Bolívar, donde vecinos, amigos y activistas se reunieron para rendir homenaje. En el acto se compartieron historias de su entrega diaria: de cuando recogía animales heridos, los alimentaba, los trasladaba para atención veterinaria y los cuidaba sin pedir nada a cambio. Su dedicación se convirtió en punto de referencia para muchos que hoy sienten que su ausencia deja un vacío difícil de llenar.
Desde Tibanica Prensa manifestamos que el legado de Jonnatan invita hoy a reflexionar sobre cómo las comunidades, las autoridades y la sociedad en general pueden apoyar a quienes asumen causas que otros ignorarían, aportar infraestructura, recursos o respaldo institucional para que su batalla no dependa sólo de la voluntad individual. Que su memoria inspire acciones concretas: rescate, adopción, denuncia del maltrato, respeto por los que no hablan, reconocimiento de que la protección animal no es un lujo sino una responsabilidad compartida.
Jonnatan se va físicamente, pero lo que sembró con esfuerzo social y compasión podrá mantenerse vivo si quienes lo conocieron y quienes conocieron de él lo honran con compromiso y con amor hacia los animales. Que esta pérdida conmueva, impulse, enseñe y mueva a la acción.