Con el liderazgo del Ministerio de Igualdad y Equidad, avanza la formulación del primer programa iberoamericano dedicado específicamente a la población afrodescendiente de la región, una apuesta que promete transformar la permanencia universitaria de miles de jóvenes en ocho países. Con un presupuesto inicial estimado de 150 mil euros y el respaldo de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Cancillería de Colombia, la iniciativa comenzará a implementarse en 2026 con el objetivo de promover entornos educativos seguros, antirracistas y culturalmente pertinentes.




Bogotá fue el escenario en el que este 21 de noviembre los actores involucrados se reunieron para avanzar en la construcción del nuevo programa, bajo un ambiente de optimismo y trabajo conjunto con organismos regionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Este trabajo articulado dio vida a la propuesta denominada ‘Iniciativas para el fortalecimiento de las identidades culturales y la cohesión social afrodescendiente en entornos de educación superior’, que buscará garantizar la permanencia académica de estudiantes afrodescendientes en instituciones universitarias de Uruguay, El Salvador, Brasil, España, Guatemala, Ecuador, México y Colombia.
Para el ministro Juan Carlos Florián Silva, el esfuerzo llega en un momento decisivo. “Cerrar la brecha educativa no es solo un compromiso técnico, es un acto de justicia histórica”, afirmó, recordando que las cifras son urgentes: apenas el 10.5% de los jóvenes afrocolombianos entre los 25 y 29 años logran culminar la educación superior, según datos recientes de la CEPAL. No obstante, el optimismo crece a medida que aumenta el respaldo internacional. “Contar con SEGIB, AECID y la Cancillería de Colombia es una muestra de que, cuando se articulan voluntades, los cambios dejan de ser sueños para convertirse en decisiones de política pública”, concluyó.
La iniciativa se consolidará como el primer Proyecto, Iniciativa y Proyecto Adscrito (PIPA) de la SEGIB orientado exclusivamente a poblaciones afrodescendientes en Iberoamérica, una categoría de cooperación inédita que reconoce la importancia de garantizar el derecho a la educación superior libre de racismo, con enfoque cultural y territorial. Desde el Ministerio de Igualdad y Equidad se destacó que este “PIPA afrodescendiente” busca no solo asegurar la permanencia educativa, sino permitir que los jóvenes prosperen en la universidad y que ese crecimiento se traduzca en transformación para sus comunidades. “Queremos que cada estudiante afrodescendiente sienta que la universidad es un lugar para quedarse, crecer y transformar sus territorios”, enfatizó Florián Silva.
Esta propuesta, más que un programa, empieza a perfilarse como un hito de justicia social para Iberoamérica, una apuesta colectiva que coloca la educación como herramienta para cerrar brechas históricas y expandir oportunidades reales en la vida de los jóvenes afrodescendientes del continente.











