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Chipacuy: un refugio cultural y ambiental

Por: Elkin Calvo*

En medio del ajetreo de la ciudad, existe un rincón donde la comunidad se reúne para soñar, crear y defender su territorio. Se trata del Centro de Organización Popular Chipacuy, un espacio independiente que desde hace 11 años impulsa proyectos de arte, cultura, educación popular y cuidado del medio ambiente en la localidad de Suba.

Lo que hoy es un lugar reconocido por su aporte comunitario, nació de la unión de varios “parches” de jóvenes que coincidieron en luchas ambientales, como la defensa del humedal La Conejera. En 2013, tras un campamento de resistencia, decidieron tomar una edificación abandonada y transformarla en un punto de encuentro para las organizaciones sociales de la zona.

“Aquí no entran partidos políticos, lo que nos ha permitido mantenernos neutrales y enfocados en lo que nos une: la cultura, el medio ambiente y la educación popular”, cuentan sus integrantes.

Un laboratorio de vida comunitaria

En Chipacuy confluyen iniciativas como el Preicfes Popular de Suba, programas de lectura y escritura, fútbol popular, teatro, debates sobre salud mental, soberanía alimentaria y hasta reflexiones colectivas sobre el amor y las relaciones. También han surgido proyectos innovadores como Incluye y Emprende, que impulsa a personas con discapacidad a desarrollar iniciativas productivas y comunitarias.

Su biblioteca comunitaria La Lola se ha convertido en un símbolo del amor por la lectura, mientras que las huertas urbanas acercan a vecinos y vecinas a la soberanía alimentaria y el cuidado ambiental. Todo esto sin olvidar que el espacio también es cedido a otras organizaciones que desarrollan actividades de defensa del territorio, como la protección de humedales y la promoción de la Universidad Distrital en Suba.

De un callejón olvidado a un referente cultural

Chipacuy está ubicado en Suba Compartir, en un callejón que da la espalda al parque principal. Antes de su llegada, el lugar era una “olla” de consumo y venta de drogas. Hoy, gracias a la persistencia comunitaria, es un punto seguro, lleno de vida y propuestas que trascienden la localidad y llegan incluso a otros rincones del país.

Han recibido reconocimientos en el Plan Nacional de Estímulos y premios a nivel distrital, lo que ha fortalecido su visibilidad y ha convertido al centro en un referente de organización social y cultural.

Un mensaje para no rendirse

Mantener el espacio no ha sido fácil: la seguridad, los recursos y la constancia son retos permanentes. Sin embargo, quienes han estado de manera voluntaria lo ven como un compromiso con el territorio y un aprendizaje constante.

“Este es un proceso de ida y vuelta, siempre con y para la comunidad. Lo que nos mueve es crear espacios donde la gente se encuentre, piense críticamente y se organice para defender lo que ama. No hay que desfallecer: la vida recompensará cada esfuerzo por hacer de este mundo un lugar mejor”, concluyen sus líderes.

Chipacuy invita a toda la comunidad a conocer su proceso, participar en sus actividades y visitar la huerta comunitaria. Porque, como dicen sus integrantes, “Suba necesita más espacios así, donde el tejido social se construya entre todos”.

ubiquelos en Instagram através de este link: Chipacuy

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*Comunicador social con énfasis en educación, magíster en comunicación–educación con énfasis en cultura política e investigador doctoral en estudios sociales, en la línea de subjetividades, diferencias y narrativas con énfasis en cuerpos, tecnociencias y digitalización de la Vida. Profesor universitario y autor del libro YouTube como ecosistema comunicativo.

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